«Con cincuenta años, dos hijos, sin apenas paro y con 3.000 euros en el bolsillo, pero con el apoyo familiar, empiezo la aventura empresarial de Constantiagrup»
Gabriel Cid
CEO de Constantiagrup
Gabriel Cid es el CEO de Constantiagrup, Organización Impulsora de la Fundación Impulsa que se dedica a la venta, distribución y asesoramiento de materiales auxiliares para la industria alimentaria (bolsas, envasado al vacío…) y equipos de protección individual (EPI).
Se trata de una empresa familiar que nace en 2006 de la mano de su actual CEO, hijo de comerciante de barrio, que desde pequeño ha vivido el comercio y el trato personal con sus clientes, y ha desarrollado su carrera profesional en diferentes empresas. A los cincuenta años decide dejar el trabajo e impulsar un proyecto propio del que hoy se siente muy satisfecho y que actualmente cuenta también con una tienda abierta al público en Mercabarna.
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¿Qué te llevó a aventurarte a crear Constantiagrup?
Los últimos treinta años de mi vida laboral los paso trabajando en dos grandes empresas de embalaje, y llegó un momento en el que vi que necesitaba un cambio de aires y dejar de tener la presión que se tiene cuando se trabaja para grandes multinacionales. Decido cambiar de sector y con cincuenta años, dos hijos, sin apenas paro y con 3.000 euros en el bolsillo, pero con el apoyo familiar, empiezo la aventura empresarial de Constantiagrup.
«Vi que necesitaba un cambio de aires y dejar de tener la presión que se tiene cuando se trabaja para grandes multinacionales»
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¿Estás orgulloso de la decisión tomada?
Totalmente; me cambió por completo la vida. La experiencia de haber trabajado en otras empresas me aportó cosas buenas y malas, y eso me sirvió para crear Constantiagrup. Lo que no me había gustado lo cambié para que quien trabajara conmigo no tuviera que pasar por lo que había tenido que pasar yo, y lo bueno también lo utilicé para que todo funcionara. Me enorgullece decir que, si una persona se marcha ahora de la empresa para hacer un cambio profesional, lo hace llorando, porque se va de su casa. Ahora Constantiagrup está donde yo había soñado que estuviera: es una empresa pequeñita que da un servicio y que me hace estar muy orgulloso. Está donde debe estar: fuerte, estabilizada y con unos clientes que confían en nosotros hasta el punto de que nos consideran como colaboradores y no proveedores.
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¿Cuáles crees que han sido los ingredientes que te han acompañado a realizar este camino?
He mamado comercio y esto me ha traído una serie de valores que me han sido útiles para salir adelante con lo que creía. Trabajar debe hacerlo todo el mundo, a menos que se venga de familia rica. Sin embargo, poder trabajar de lo que te gusta es un privilegio, porque entonces puedes dar el 100% de ti y lo disfrutas mucho. Para mí es imprescindible el esfuerzo, porque por muy bien preparado que estés, por muy inteligente o bueno que seas haciendo algo, sin esfuerzo no se llega a ninguna parte. Es importante tener formación, porque te sirve para tener unos conocimientos, pero lo primero son las ganas, el esfuerzo y la constancia, por eso es importante también la formación en competencias transversales.
«Trabajar de lo que te gusta es un privilegio, porque entonces puedes dar el 100% de ti y lo disfrutas mucho»
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¿El nombre de la empresa tiene que ver con estos valores?
Sí, siempre he pensado que la única manera de impulsar un proyecto es con constancia, esfuerzo y trabajo, buscando cómo mejorar cada día. Es importante no olvidar nunca de dónde venimos, estemos donde estemos, porque de dónde vienes es lo que tú sabes y los inicios de todo. Yo sigo teniendo las mismas amistades, sigo teniendo la misma relación con las personas, sigo haciendo las cosas que he hecho toda mi vida. Es importante saber el esfuerzo que has hecho y cuáles son tus orígenes: todos empezamos de cero y que se triunfe más o menos no debe cambiar tu esencia. A mí me ayudó mucho también la confianza en las personas y hacer equipo; pienso que es imprescindible.
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¿Cuáles han sido las dificultades con las que te has encontrado para llegar hasta aquí?
La mayor, el hecho de cambiar de mentalidad. Los problemas que yo tenía antes cuando acababa mi jornada laboral eran unos, que, si no hubiera sido por mi carácter, se hubieran quedado allí. Y, en cambio, cuando yo decido iniciar la aventura solo, asumiendo todas las tareas durante el primer año y medio, me encuentro que, cuando acabo la jornada, el trabajo sigue conmigo.
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Dices que esta ha sido la mayor dificultad. ¿Quieres decir que has tenido otras?
Sí, cuando empecé a tener trabajadores y debía delegar, me costó mucho. Es difícil darte cuenta de que hay otras formas de trabajar diferentes a la tuya y que la tuya no siempre es la mejor. También fue una dificultad el hecho de que yo no tenía el dinero para comprar los materiales que necesitaba, y en ese momento los proveedores tuvieron que hacer un acto de fe confiando en mí cuando les pedía género para poder sacar adelante el proyecto. Por suerte, fueron más los que me dijeron que sí, que los que me dijeron que no, y es ese uno de los momentos más bonitos que recuerdo, pero también de los más difíciles, porque se lo pedía a cambio de la fe que debían tener en mí. Ellos han sido el pilar de Constantiagrup; hace doce años que trabajo en esto.
“En ese momento, los proveedores tuvieron que hacer un acto de fe confiando en mí […] es uno de los momentos más bonitos que recuerdo, pero también de los más difíciles, porque se lo pedía a cambio de la fe que debían tener en mí”
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Lo que explicas pone en valor la importancia de hacer red. ¿Es fácil esto en la sociedad actual?
Pienso que tiempo atrás se hacía más, pero ahora somos muchos y existe una competitividad que no me parece sana. Desde que estamos en Mercabarna me he dado cuenta de que allí, por ejemplo, se generan una serie de relaciones que te facilitan el día a día y todo el mundo intenta ayudarse. El vínculo con los demás es importante y solo se consigue buscando la confianza de las personas que te rodean con quienes crees que puede haber una ayuda mutua; en Mercabarna hay mucha corresponsabilidad a nivel empresarial y eso es algo que echo de menos en la sociedad.
«En Mercabarna hay mucha corresponsabilidad a nivel empresarial y eso es algo que echo de menos en la sociedad»
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Constantiagrup forma parte de la red de Organizaciones Impulsoras de la Fundación Impulsa. ¿Qué te llevó a sumarte al proyecto?
Conocí la Fundación Impulsa a través de Salva Ramon, Embajador de la Fundación en Terrassa; me hablaba con unos ojos que le brillaban y eso me hizo darme cuenta de que creía en el proyecto y que todo lo que me contaba era desde el corazón. Vi que lo que me contaba respondía a mi pensamiento de cómo ayudar a la sociedad y creo que lo que ofrece la Fundación Impulsa es lo mejor que se le puede dar a una persona joven: formación y que, además, esta formación sea un oficio. Es algo que nadie le quitará. Hay gente que no puede profundizar en lo que le gusta o trabajar en ello y no hay nada mejor que colaborar en hacer realidad el sueño de un joven para que sea lo que quiere ser.
«Creo que lo que ofrece la Fundación Impulsa es lo mejor que se puede dar a una persona joven […] nada mejor que colaborar en hacer realidad el sueño de un joven para que sea lo que quiere ser»
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Hablas de tener un oficio. ¿Crees que es importante hoy en día?
Yo lo encuentro imprescindible, y aquí se ha cometido un error, porque durante muchos años se ha visto la Formación Profesional (FP) como algo para quien no valía, eran unos estudios que avergonzaba hacerlos. El desprestigio de la FP es uno de los mayores errores que se han cometido en enseñanza y ahora nos encontramos con que no hay gente suficientemente formada en muchos oficios que hacen falta en la sociedad.
«El desprestigio de la FP es uno de los errores más grandes que se han cometido en enseñanza y ahora nos encontramos con que no hay gente suficientemente formada en muchos oficios que hacen falta a la sociedad»
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En una palabra. Para ti, la Fundación Impulsa es…
Diana (ha dado con el punto clave en el que se puede ayudar a las personas, haciendo que, con una ayuda, los jóvenes puedan ser autosuficientes).